No es nuevo, pero como si lo fuera
Tabla de contenidos
Como todos los recursos, el dinero no es infinito y, a veces, hay formas de conseguir ese juego que tanto nos interesa de una forma diferente y, sobre todo, más económica.
Aun siendo una cosa bastante antigua aplicada a un mundo bastante nuevo, la segunda mano en los videojuegos ha existido siempre. Por ello, muchas tiendas de barrio ofrecían la posibilidad de vender los juegos que uno ya había exprimido al máximo a cambio de unos euros que se podrían reinvertir en títulos nuevos y en otros que alguien también hubiera vendido a la tienda.
Gracias a ello, el potencial de conseguir jugar a una variedad de juegos era más o menos asumible y con ello unos y otros tenían un sistema que funcionaba.
¿Pero qué pasa cuando entran las compras digitales en este conjunto?
No hay caja de juego. No hay venta de nada usado. Y adiós a la segunda mano.
Ahora dicho circuito de juegos ha sido relegado a uno emergente, el de buscadores de lo retro. A esta gente que ya no le interesa jugar a los juegos de la última generación, sino a títulos de anteriores e incluso descatalogados por las propias compañías que los producen. O directamente dicha compañía ni existe.
Pero es un paso comprometido por la actualidad. Ya que al orientarse al contenido digital en detrimento del físico cuando las generaciones actuales entran en la zona de lo retro no habrá tanto material (debido a la volatilidad de sus plataformas) sobre el que crear dicha compraventa. Pan para hoy y hambre para mañana.
Si no hay juego, ¿qué vendo?
Ante esta pregunta muchas cadenas mayoritarias es que pueden hacer para subsistir ante los huecos cada vez más evidentes y lo poco rentable de un stock con menos salida. La solución cae en el merchandising.
Peluches, figuras, complementos, gadgets e incluso sillas gamers se han convertido en algo habitual en las estanterías y rincones de estas tiendas. Pasar del juego a lo que rodea el juego.
Pero debido al ritmo frenético de lanzamientos, dicho material también envejece antes y raramente alguien quiere ese artículo (que abulta más que una caja de un juego) y que ahora solo será de interés para algún fan tardío de la franquicia de turno.
¿El futuro?
De la misma manera que muchas librerías han pasado a ser más expositores de material a los que mucha gente acude a curiosear y, lamentablemente, adquirir online a un precio inferior, parece que a las tiendas de videojuegos se les espera algo similar.
Convertirse en sitios para el fan acérrimo y especializado. El que no busca la novedad si no a alguien experto en el campo que le pueda conseguir, orientar e informar sobre su futura compra. Pero con lo mismo que las librerías, veremos si sigue un camino a la extinción o a la transformación. El tiempo dirá.
Esta noticia no tiene comentarios todavía